«La gente que evita el fracaso, también evita el éxito» (Robert Kiyosaki)
Esta afirmación, del famoso empresario, autor y conferencista motivador hawaiano, abre la puerta a una reflexión que quería hacer aquí, sobre lo que yo pienso que es toda una característica cultural española, en cuanto a identificar el comprensible e inevitable error cómo el amargo e imperdonable fracaso. En realidad podríamos decir que dicha característica es muy Mediterránea, pero me centro en éste, mi país, que bastante tenemos con lo nuestro para ponernos a hablar de vecinos que (también) bastante tienen con lo suyo.
El error mantiene una enorme carga de enseñanza en forma de oportunidad para comprobar y revisar que es lo que ha fallado y corregirlo para que no vuelva a repetirse. Todo ello hecho desde la tranquilidad y con la seguridad de que estamos llevando a cabo un acto de vida, algo que corresponde al ser humano y qué sucede para que precisamente podamos aprender y, en consecuencia, crecer.
«Errare humanum est», frase atribuida en algunos casos al senador romano Cicerón y en otras, a un hispano de «pro»; Séneca el joven, probablemente el cordobés mas citado, junto con Maimónides, de la historia, realmente atribuye el error a la condición humana, ítem mas, la frase completa termina con «perseverare diabolicum», que mas o menos quiere decir que perseverar, en el error se entiende, termina siendo algo, como poco, muy perjudicial.
Y precisamente la perseverancia en el error es lo que conduce al fracaso. No pararse a analizar, cuando surge, donde se ha producido, por qué y qué podemos hacer para que no vuelva a repetirse es la verdadera causa del mismo. Esa es la ventaja y el gran aprendizaje que puede llevarse a cabo de un hecho que aquí se considera, a nivel cultural, como un borrón en el expediente.
Nuestra cultura de evitar el error por considerarlo directamente fracaso, por mucho que Séneca fuera un antepasado e insistiera en ello, hace que el riesgo de equivocarse no sea asumido como algo consustancial al hecho de decidir, de tomar acción sobre las cosas. La posibilidad de cometer un error da tanto miedo a veces que se piensan y se repiensan decisiones, se analiza, se corrige, se evalúa. Y suele suceder en un sinfín de ocasiones que cuando, en un porcentaje que yo me atrevería a considerar muy pequeño, se pasan las pruebas, esa oportunidad, ese momento, esa acción que deberíamos haber llevado a cabo ya no está, ha pasado, ya no sirve.
Por tanto, esa herencia cultural nos limita, cuando no directamente nos frena. Nos hace permanecer en una posición de seguridad engañosa, porque nos inmoviliza. Y eso provoca tanta o más inseguridad para nosotros en cuanto a nuestra relación con los factores externos, puesto que siguen cambiando aunque nosotros no lo hagamos, hasta el punto que en un momento determinado nos puede resultar no difícil, si no casi imposible, la adaptación a los mismos. Hay una expresión Española (muy típica y muy dañina) que dice «más vale lo malo conocido» que lo resume muy bien.
En estos momentos complicados es cuando se hace más necesario que empecemos a entender la posibilidad del error cómo algo positivo, algo que nos enseña y que nos permite mejorar. En la medida que instauremos la «cultura del error» sustituyendo a la «cultura del fracaso» y por tanto no vayamos contra natura y aceptemos que el error es humano, empezaremos a aprender y a evitar que esas oportunidades que pasan por delante de nosotros, desaparezcan por sopesarlas demasiado o no abordarlas. En la medida que aceptemos que podemos equivocarnos como algo natural y dejemos de engañarnos a nosotros mismos, el éxito llamará a nuestra puerta.
Un entrenador personal para la vida y negocios también te puede asistir y entrenar para que la cultura del error sea algo que te permita aprender a nivel personal, que no sea algo que te paralice y restrinja tus posibilidades, además de ayudarte a analizarlo y determinar donde hay que poner soluciones para que no se repita. Cómo en otras circunstancias que hemos comentado en otras ocasiones, tampoco aquí estás solo.
Así que mira al frente y cuando cometas un error, alégrate. Has dado un paso para crecer.
José Barroso
Referencia del Blog de José Barroso: https://josebarroso.com.es
Leave a reply